La política exterior en manos de nadie... o de cualquiera (publicado en www.cartapolitica.org)

Gran revuelo provocó poco tiempo atrás la visita “oficial” a nuestro país de legisladores chilenos pertenecientes al partido del gobierno, quienes se reunieron con congresistas del Frente para la Victoria en su común carácter de integrantes del llamado progresismo en ambos países.
Tan insólita arrogación de poderes no investidos en los legisladores trasandinos llevó a que el canciller chileno Alejandro Foxley reclamara que las facultades en materia de relaciones exteriores incumbían exclusivamente a su persona, estando ajenas a cualquier otro funcionario o miembro del Estado Chileno.
En tal situación la presidenta del país vecino debió interceder y tratar de calmar las aguas revueltas por el episodio que generó una flagrante violación a las instituciones establecidas constitucionalmente. Se debió poner las cosas en su lugar, ni más ni menos.
En el ámbito local, en cambio, son recurrentes los viajes al exterior de la primera dama y senadora Cristina Fernández de Kirchner con el objetivo indiscutible de posicionarla como la candidata oficialista con miras a las elecciones presidenciales de octubre del 2007.
El tema radica en que la senadora aún es senadora y no presidenta. Es aún congresista (no canciller) y sus tareas se limitan a legislar y no a ejecutar políticas públicas. En todo caso puede visitar oficialmente otros países siempre y cuando el mandato provenga del mismo cuerpo legislativo y no de los caprichos electorales de su sociedad política con su esposo y presidente Néstor Kirchner.
Lamentablemente nuestro sistema no tuvo su “héroe” como Alejandro Foxley que llamara la atención de la irregular situación en la que las instituciones argentinas se ven inmersas y el sinuoso camino que han tomado. Ningún miembro del gobierno nacional reparó en la violación a las facultades establecidas por nuestra Carta Magna en tanto y en cuanto cada miembro del Estado Nacional en general y del Poder Ejecutivo Nacional tiene funciones claramente definidas. Todos hicieron oídos sordos y ojos ciegos.
¿Y qué decir de las graves consecuencias producidas por los cortes de rutas realizados por vecinos de distintas localidades de la provincia de Entre Ríos, los cuales derivaron en gravísimas consecuencias económicas y políticas en ambas orillas del río Uruguay? Y ello ante la pasiva mirada de las autoridades provinciales y nacionales.
Que quede bien claro que no se debe confundir legítimos reclamos con potestades ilegítimas. Las autoridades uruguayas han violado tratados internacionales suscriptos con la República Argentina en torno al aprovechamiento del río que es frontera común entre los dos países, por lo que existen mecanismos establecidos para lograr la aprobación de actividades en una u otra orilla. Uruguay violó sistemáticamente el tratado en cuestión.
El no cumplir con las tareas constitucionalmente encomendadas deviene en faltas graves en ejercicio de las funciones como miembro del gobierno nacional. Entonces sólo cabe preguntarnos quién maneja la diplomacia argentina: ¿La senadora Cristina Fernandez? ¿Los vecinos de Gualeguaychú? ¿Usted y yo?
Seguro que Alejandro Foxley tampoco.

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